SATURNO DEVORANDO A UN HIJO

A PARTIR DE 1819, GOYA, QUE NO CONSIGUE ENTENDERSE CON FERNANDO VII, SE RECLUYE EN UNA FINCA DE SU PROPIEDAD A ORILLAS DEL RÍO MANZANARES, LA QUE SERÁ LLAMADA DEBIDO A SU OCUPANTE COMO LA FINCA DEL SORDO. ALLÍ PINTA EN EL COMEDOR Y EN SALÓN LAS PINTURAS NEGRAS, TODA UNA REVOLUCIÓN EN EL ARTE PICTÓRICO QUE ABRE LA PUERTA A NUEVAS FORMAS DE EXPRESIÓN DE LA PINTURA. HE AQUÍ SIN DUDA, UNA DE LAS PINTURAS MÁS TENEBROSAS E INQUIETANTES DEL PINTOR, SATURNO DEVORANDO A UN HIJO, REPRESENTA EL PASO INEXORABLE DEL TIEMPO. GOYA REPRESENTA AL DIOS QUE SIMBOLIZA EL TIEMPO SIN LOS CONVENCIONISMOS HABITUALES Y DE MANERA DESGARRADORA. POR OTRO LADO, LA TEMÁTICA DEL PASO DEL TIEMPO ERA ALGO NORMAL EN UN HOMBRE QUE YA ERA BASTANTE MAYOR Y QUE NO ESTABA CONTENTO CON LA SITUACIÓN DE SU PAÍS. GOYA VA A ANTICIPAR EN ESTE EJEMPLO DE PINTURA AL EXPRESIONISMO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX AL MOSTRARNOS LA ANGUSTIA A TRAVÉS DE SUS PINCELES. ESTE CUADRO SE PODRÍA COMPARAR EN SU EXPRESIONISMO CON EL GRITO DE EDVARD MUNCH.